La cruel tragedia de The Iron Sheik
Su voz es fácilmente reconocible, como la de un viejo amigo perdido tiempo atrás. Pero es una voz triste y suena un poco débil.
Hossein Khosrow Ali Vaziri, tiene 73 años y está dolorido. Necesita urgentemente una operación de rodilla que no puede permitirse, pero si hay que decir la verdad, cada articulación de su cuerpo podría someterse a una reparación.
Una vida entera en el wrestling, a nivel amateur y profesional, hará eso a un hombre.
Así que Vaziri, más conocido como el perverso pro-wrestler, 'The Iron Sheik', prefiere sentarse en una silla y dejar pasar las horas que hablar sobre su vida.
Le duele todo el cuerpo, no gana mucho dinero y quiere que le dejen solo.
"Por favor, hablaré contigo y responderé a todas tus preguntas," ruega, "pero hagámoslo en otro momento. No es buen momento."
Sin embargo, éste es el momento. Al menos ese es el punto de vista de Page Magen, quien junto a su hermano gemelo, Jian, son los representantes de 'The Sheik'. Los Magen están intentando recaudar fondos a través de aportaciones voluntarias de la gente para producir un documental sobre la vida de 'The Sheik'.
Es una vida increíble, una que merece la pena documentar. Nació en una pequeña villa cerca de Teherán. Su casa en su infancia no tenía ni agua corriente ni tuberías, pero trabajó duro y se convirtió en uno de los atletas más populares de Irán. Compitió en las Olimpiadas de México '68 en su equipo de lucha grecorromana y sirvió durante un tiempo como guardaespalda de la familia de Sha.
Sin embargo, huyó del país cuando su amigo e ídolo Gholamreza Takhti fue, a su juicio, asesinado por el Gobierno. Temió que él podría ser el siguiente, así que el 1969, se marchó buscando la seguridad en los EEUU.
La versión oficial de la muerte de Takhti, ofrecida por el Gobierno, es que se suicidó. Pero Vaziri y otros muchos creen que Takhti fue ejecutado por su opinión contra el Gobierno.
"Era muy popular en Irán", dice Vaziri. "Era como Michael Jordan. Todo el mundo le quería. Y yo era el número dos, así que pensé que si le habían cogido, probablemente también irían a por mí. Sabía que tenía que marcharme."
Así que se dirigió a los EEUU. A pesar de que solo hablaba persa cuando llegó, rápidamente estuvo inmerso en el wrestling amateur de su nuevo país. Ganó un campeonato de la AAU (Unión Atleta Amateur) en 1971 y la entrega de su medalla de oro la hizo Muhammad Ali.
Más tarde, desempeñó funciones de entrenador asistente junto al legendario Alan Rice en el equipo Olímpico de 1972 antes de alcanzar el estrellato como un perverso wrestler profesional.
Pero se volvió adicto a la cocaína durante su carrera en el wrestling y después sufrió el asesinato de su hija mayor en el 2003, Marissa.
Page Magen sabe que para que Vaziri logre el dinero que necesita para el documental, tiene que contar la historia de su vida para fomentar el interés en el proyecto, así que paciéntemente anima a Vaziri.
"Pequeño Sheikie, escúchame," dice Magen, dulcemente. "Tienes que centrarte. Esto es importante. ¿Puedes hacer esto por mí, Sheikie? Solo céntrate unos minutos."
Vaziri está de acuerdo, pero habla lentamente, monótono y sin pasión.
Posteriormente, su mujer, Caryl, dice que no le sorprende. No ha sido un buen día para 'The Iron Sheik'.
"Sufre un gran dolor casi a todas horas," dice Caryl Vaziri.
'The Sheik' camina con la ayuda de un bastón, pero aun con el bastón, se mueve lentamente, inseguro y con gran dificultad.
"Es una persona grande y fuerte y sufre muchísimo, me duele verle así," dice Caryl. "Se operó ambas rodillas hace como 10 años y falló. Le duele por todas partes, pero lo de las rodillas es realmente doloroso. Me dijo, 'Caryl, me duele desde la cabeza hasta los pies.' Me rompe el corazón. Puede soportar mucho dolor, pero esto es demasiado para él."
Sufre dolor particularmente en su rodilla izquierda y no pinta bien. Un hueso sobresale. "Los huesos," dice Caryl Vaziri, "están desalineados y no están unidos. Hacen que andar sea una tortura."
Amaba su trabajo y no cambiaría sus años como pro-wrestler por nada. Ganó el WWF (ahora WWE) World Championship la noche posterior a Navidad en 1983 derrotando a Bob Backlund. Después tuvo un largo feud con Hulk Hogan. Podría haberse convertido en el heel más grande en la historia de este deporte.
Pero ser pro wrestler significa días y semanas en la carretera, lejos de familia y amigos. Las adicciones son comunes. Y aunque el resultado de un combate de pro wrestling esté predeterminado, eso no significa que no sea físicamente exigente.
"Ser luchador no es una vida fácil," dice. "Es muy duro para el cuerpo. Lo amo, pero es una vida difícil de vivir."
Josip Peruzovic tiene ahora 66 años y vive en Baltimore. solía trabajar como municipal, pero ahora trabaja para el Departamento de Policía con sus programas para niños.
Durante su juventud, Peruzovic era conocido Nikolai Volkoff, e hizo pareja con The Iron Sheik para ganar los WWF Tag Team Titles.
Volkoff y 'The Sheik' jugaron con el sentimiento anti-soviético y anti-iraní que prevalecía en los EEUU a finales de los '70 y a lo largo de los '80.
The Iron Sheik cogía el micrófono del presentador y gritaba a una multitud enfurecida, "Irán, ¡número 1! Rusia, ¡número 1!"
En ese momento, decía "¡EEUU!" y escupía al suelo. Volkoff cogía entonces el micrófono y cantaba el himno nacional de Rusia con el público abucheando sin piedad.
Peruzovic recuerda su etapa como pareja de Vaziri con cariño y dice que Vaziri era alguien genial con quien trabajar. Vaziri amaba a los fans, en particular los niños, y podía firmarles autógrafos durante tanto tiempo que llegaba a perder el avión.
Pero no pasó mucho tiempo desde que empezasen a hacer pareja cuando Peruzovic empezara a preocuparse por su amigo.
Vaziri se estaba volviendo adicto al alcohol y a la cocaína, y Peruzovic temía por su seguridad.
"Dios mío, creo que hubo un momento en el que más del 90% de los luchadores tomanban alguna droga," dice Peruzovic. "Tuve la fortuna de no entrar nunca en eso. No bebo, no fumo y nunca tonteé con las drogas. Doy gracias a Dios por eso. Pero sé que 'The Sheik' tuvo muchos problemas con eso."
"Le decía a veces, 'Tío, tienes que tener cuidado y tener cuidado con tu cuerpo. Vas a matarte.' Es una hermosa persona, con un gran corazón, pero no me escuchaba. Amaba esa drogas."
Caryl Vaziri dice que cuando conoció a su marido en Minnesota en 1971, no bebía, fumaba o tonteaba con las drogas. Pero cuando alcanzó el cúlmen y viajaba más de 300 días al año, la presión sobre él era intensa.
"Era horrible," dice. "Las cosas se pusieron tan mal que tensó la familia, nuestra relación y todo. Ya era suficientemente malo que estuviera tanto tiempo en la carretera, pero saber lo que se estaba haciendo a sí mismo, era doloroso para toda la familia."
El 7 de Octubre del 2005, poco más de dos años después de que su hija mayor fuese asesinada, Vaziri fue arrestado cerca de su casa de Georgia y acusado de dos cargos por posesión de cocaína y uno por posesión de marihuana.
Poco después, Caryl Vaziri había tenido suficiente y le dejó.
"Nunca dejé de quererle," dice. "Nunca, ni por un minuto. Pero tenía que conseguir que dejase las drogas. Marcharme y conseguir mi propio lugar hizo que espabilase y se enderezase, y ha estado limpio el último par de años, o tres o cuatro años."
Hace varios años, cuando los Magen comenzaron a trabajar en el documental, Vaziri fue a Toronto, donde ellos viven, para hacer una aparición en un show de cromos de beísbol.
Vaziri se tomó un cocktail de drogas y cayó en el estupor que le produjeron las drogas y el alcohol. El promotor que le había contratado le dejó en manos de los Magen.
Page y Jian le cogieron y trataron de llevarle al aeropuerto para su vuelo a Georgia.
"Pero alguien le había dado un montón de drogas y estaba enloquecido, fuera de control y queriendo más." dice Jian Magen. "No quería irse. Peleamos con él, pero acabó perdiendo su vuelo."
Le pusieron un hotel y cogieron otro vuelo. Vaziri estaba perdiendo el control y alguien del hotel llamó a los Magen para que hicieran algo con él.
Vaziri acabó aquella noche sufriendo un leve ataque al corazón.
"El médico nos dijo, 'Ha tenído suerte de que haya pasado lo que ha pasado,' " dice Jian. "Si hubiese subido a ese avión, casi seguro que habría tenido un ataque al corazón completo y quien sabe lo que hubiese pasado. Así que se quedó cuatro o cinco días más y, de alguna manera, se desintoxicó. Y, honestamente, ha estado bastante limpio desde entonces."
"Se calza una cerveza de vez en cuando, pero ha estado limpio casi todo el tiempo desde entonces."
El uso de drogas de Vaziri en su última etapa fue probablemente fruto de la depresión después de que el 3 de Mayo del 2003, asesinasen a MArisssa Jeanne Vaziri, su hija de 27 años.
Carhles Warren Reynolds, su novio desde hacía semanas, fue arrestado y luego condenado por estrangularla hasta la muerte.
Caryl Caziri cree que su hija rompió con Reynolds y ese fue el motivo por el que la mató.
The Iron Sheik quedó destrozado por la muerte de su hija.
"Fue el peor año de nuestras vidas," dice Caryl. "Acaba de someterse a la operación de rodillas y acababa de salir del hospital, cuando Marissa fue asesinada. Fue devastador. Ningún padre espera enterrar a su hijo. Nos destrozó."
"Vaziri quedó perturbado porque no pudo hacer nada por ella. Era un tipo grande y fuerte en el que todo el mundo se había apoyado durante mucho tiempo. Y en esta situación, no hubo nada que pudiera hacer para salvarla. Le devastó no haber podido estar ahí e intentar salvarle."
En lo más alto de su carrera como luchador a principios-mediados de los '80, Vaziri ganaba hasta $500.000 al año. Pero viajar era increíblemente difícil, tenía que pagar todos sus gastos y había muchos caprichos.
Su gimmick como mala persona iraní levantó pasiones entre la audiencia asistente a los combates de wrestling. Vaziri prohibió a su familia viajar con él por miedo a que alguien les hiciera daño.
En varios lugares, los fans saltaron de las gradas e intentaron apuñalarle o asaltarle. En varias ocasiones, fue apuñalado, aunque solo en el brazo.
Pero el coche familiar tenía el parabrisas roto, los neumáticos pinchados y le habían puesto azúcar en el tanque de gasolina.
Vaziri suspira y dice que nunca estuvo preocupado por su seguridad, aunque dice que es otro ejemplo de la dificultad de vivir como wrestler.
"Amo el wrestling y lo volvería a hacer," dice. "Pero es un negocio muy, muy duro. No hay nada en él que sea fácil."